jueves, 15 de octubre de 2009

1.3. EL DESARROLLO LECTO-ESCRITOR DEL NIÑO A TRAVÉS DE LA CONCIENCIA FONOLÓGICA.




Ilustración 25

Niños jugando con letras.
Considero pertinente que para iniciar una investigación acerca de los procesos narrativos en el hombre, y el desarrollo comunicativo que nos permite relacionarnos con el entorno social y natural por medio del lenguaje visual, escrito y oral; es necesario partir desde los estudios realizados por Vieiro e Iglesias (2004), sobre cómo aprehendemos y desarrollamos los procesos lingüísticos y gramaticales que nos permiten adquirir una lengua y comprender el lenguaje humano. Por otro lado, al ser un estudio alrededor de la narración, como mecanismo por el cual logra el ser humano expresarse a través de las diversas formas que tiene para manifestar sus sentimientos, saberes y conocimientos sobre el desarrollo de la vida social y de la naturaleza por medio de la imagen, la escritura y el habla. Habrá que enmarcarlo dentro de las diferentes etapas del crecimiento que permiten construir, moldear o guiar el pensamiento del niño, y así poder fortalecer su carácter, personalidad e individualidad, de forma libre y espontánea desde la escuela y la familia. De esta manera poder llegar a ser un adulto más feliz, más social, más amoroso y más justo.


Comenzaremos entonces haciendo un pequeño esbozo acerca del proceso llevado a cabo en el niño para el desarrollo de la lecto-escritura, partiendo desde el aspecto fonológico, de carácter importante para la cognición del lenguaje oral y escrito de cualquier lengua, ya que parte de un proceso de transformación consciente o inconsciente entre escucha, pensar y hablar correctamente.

¿Qué es y cómo funciona la conciencia fonológica?
La conciencia fonológica es la capacidad que tiene el hombre para identificar y darse cuenta de manera consciente o inconscientemente, de que todas las palabras que se emiten verbalmente son conformadas en su totalidad por sonidos que corresponden a una particularidad de cada fonema vocálico y consonante, esto nos permite mentalmente encadenar secuencialmente cada una de las unidades menores que conforman las palabras dichas y a su vez escuchadas. Del mismo modo, esta habilidad nos permite la construcción de nuevas unidades superiores a partir de aislar los segmentos menores.

Para llegar a esta conciencia fonológica partimos de un análisis de su estructura y sistema esbozado en el acto narrativo, el cual es transmitido y Transformado por la acción lecto-escritora, la cual le dará el sentido y el significado, llegando así a su síntesis final en el sujeto receptor.

Otro factor que determina su desarrollo, función y características entre sujetos, es la relación que mantenga con un alfabeto, ya que un proceso lecto-escritor aprehendido bajo un sistema como este, se entiende y emite a través de los diferentes sonidos que identifican los fonemas, lo que no sucedería si existiera una escritura ideográfica donde sus significados son representados con símbolos.

Niveles y alcances de su desarrollo
Existe en primer lugar un nivel donde adquirimos una conciencia fonológica, estado en el cual podemos manipular los segmentos menores del habla y lograr diferenciar, reconocer y saber cada uno de los fonemas que construyen las palabras o unidades superiores.


Una vez logramos alcanzar este nivel, se desarrollara una conciencia fonémica, que nos permitirá una abstracción mayor de los fonemas, lo que nos desarrollara una reflexión más profunda sobre las relaciones que existen con otros elementos que permiten las intencionalidades, sonoridades y ritmos de las palabras.

Niveles del conocimiento fonológico-fonémico
Como síntesis de este proceso, llegamos a una etapa de construcción reflexiva y abstracta de los fonemas, en lo cual se desarrollara y adquirirán cuatro conocimientos claves para la construcción de la conciencia fonológica del niño, generándose de esta forma las bases cognoscitivas del aprendizaje lecto- escritor para su evolución comunicativa y narrativa posterior.

1. Conocimiento de la Rima y de la Aliteración:
Ej. ca-sa / cal-za; cal-ma / cal-va.


Nivel más elemental de análisis de la palabra, su adquisición supone ser capaces de descubrir si dos o más palabras comparten una secuencia de sonido similar.
Esta capacidad se desarrolla con anterioridad al aprendizaje de la lecto-escritura, lo que favorece su completo desarrollo. (Rueda, 1995).

2. Conocimiento Silábico:
Ej. ca-sa.

Capacidad de manipular segmentos silábicos de una palabra, le permite al niño poder operar explícitamente con la sílaba, la unidad oral de segmentación más pequeña que es posible articular de modo independiente.
Se puede adquirir y desarrollar antes del aprendizaje de la lecto escritura. (Carrillo y Martín, 1996).
Los niños de 3 o 4 años, ya son capaces de manipular la palabra en sílabas. (Bradley y Bryant, 1983; Carrillo, 1993; Cary, Morais y Bertelson, 1989; Maldonado, 1990; Maldonado y Sebastián, 1987; Mac Lean, Bryant y Bradley, 1987; entre otros).

3. Conocimiento Segmental:
Adquisición de una representación mental segmentada fonémica o fonéticamente de la secuencia fonológica, que surge como consecuencia de la instrucción del aprendizaje de la lectura.
No la pueden realizar los niños que no han sido entrenados en ello. (Morais, Cary, Alegría y Bertelson, 1979).

Conocimiento Intrasilábico:
Ej. c-a s-a.

Sensibilidad que manifiestan los lectores jóvenes por la estructura interna de la sílaba, lo cual surgiría con anterioridad al conocimiento fonológico. (Treiman, 1984-1985).
En la lengua inglesa, la estructura silábica tiene dos componentes principales:

El Principio:
Formado por la consonante o grupo consonántico inicial.


La Rima:
Formada por el resto de la sílaba.

El conocimiento de estas unidades y la capacidad para manipularlas, es lo que se denomina como conciencia intrasilábica.
Estas unidades mayores al fonema son:
• El grupo consonántico inicial:
Ej. S- en Sol.

• El grupo constituido por la vocal y las siguientes consonantes:
Ej. –ol.

Esta habilidad supone un nivel de dificultad intermedio entre los dos tipos de conciencia estudiados previamente

Conocimiento Fónico:
Ej. (c) (a) (s) (a).

4. Conocimiento Fonémico:
Ej. /c/a/s/a/

Una vez entendido el procedimiento de cómo adquirimos y desarrollamos una conciencia fonológica a partir de la enseñanza lecto-escritora desde el contexto familiar y escolar, entraremos a revisar ocho cuadros los cuales nos esbozarán las etapas y modelos planteados desde diferentes autores que parten desde dos puntos de vista importantes para la comprensión y el conocimiento de las palabras, y que fueron expuestos en el libro de Vieiro e Iglesias (2004), en su libro Psicología de la lectura donde nos muestra aspectos relevantes que relacionan y diferencian los estudios realizados por estos teóricos.



Tabla 6.

Cómo se desarrolla el conocimiento de palabras.
Tabla 7.

Modelo de etapas.

Tabla 8.

Modelo de Frith.
Tabla 9.

Modelo de Seymour.

Tabla 10.

Modelo de Gough y Cols
Tabla 11.

Modelo de Ehri.


Tabla 12.

Modelos continuos.
Tabla 13.

Modelo de Goswami y Bryant.

Las habilidades fonológicas.
Se ha comprobado que los niños antes de aprender a leer, son capaces de discriminar y producir palabras que riman o tienen aliteración, lo cual les permite acceder al reconocimiento de unidades intrasilábicas como el Principio y la Rima.

Las investigaciones demuestran que, la capacidad que manifiestan los niños preescolares para saber rimar y aliterar está relacionada con la posterior habilidad para la lectura, y conlleva a un mayor éxito en el posterior aprendizaje lectoescritor frente a niños quienes no se instruye.


Los niños que mejor realizan las tareas de segmentar la sílaba en principio-rima, son los que mejor resultados arrojan en el aprendizaje de la lectura.

La rima incide directamente sobre la lectura y por otro lado favorece la escritura; Esta influencia no es directa, sino que estaría mediada por el conocimiento que el niño tiene de los fonemas que tiene que haber adquirido previamente a la relación grafema-fonema.


El segundo factor es la instrucción en el conocimiento de la relación grafema-fonema a pesar de que las reglas del código alfabético se pueden aprender en la escuela, los niños no utilizan este conocimiento para leer palabras, aunque si pueden usarlo para realizar la tarea de escribir.

La lectura es desde un primer momento analógica y no alfabética, la escritura es alfabética.


El tercer factor responsable del cambio en el desarrollo del aprendizaje de la lectura es la relación que se produce entre lectura y escritura. La experiencia en la lectura influye en la escritura, y a su vez la experiencia de la escritura influye en la lectura.

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